martes, 20 de agosto de 2013

LA PLAYA DE LA MALVARRODA y EL RESTAURANTE CASA RIPOLL

Estamos en pleno verano y nuestras playas rebosan de personas con ganas de disfrutar de nuestro sol y nuestras playas.

En la playa de la malvarrosa y sobre todo en domingo, todos aquellos ciudadanos que por mor de la crisis se han tenido que quedar en casa se acercan a la Malvarrosa a disfrutar de un día  de sol y playa.

Pero luego viene la segunda parte, al medio día  uno necesita tomar un refrigerio o una comida y para eso tenemos a lo largo de playa infinidad de restaurantes y claro, hay que saber dónde entra uno o dicho de otra manera que te ofrece, ya en calidad, comodidad y precio. Yo que soy un asiduo a acercarme a la playa cualquier día del año, suelo comer en algún restaurante, pero no soy muy fácil de contentar, sé que soy muy especial y al mismo tiempo cuando en algún restaurante me siento agusto, soy un cliente fiel. Cierto día entre en Casa Ripoll y ese  día nos ofrecieron un arroz caldoso de setas y foie, como quiera que soy un vicioso de los platos de cuchara  y, ese arroz no lo había probado aceptamos el ofrecimiento, bien acompañado de un buen cava en este caso un Chozas Carrascal un cava Valenciano considerado como uno de los diez mejores de España.

Posteriormente he vuelto en infinidad de veces pues la cocinera que es  la esposa de Manolo Ripoll tiene una mano para los arroces que ya quisieran para sí algunos  cocineros con estrellas Michelin. El de Bogavante con garrafón, la clásica paella, el de nécoras, en fin, un lujo para los amantes del arroz y de la cuchara.

Sin embargo en una zona que tenemos fama de golosos no podía faltar un buen dulce y, aquí  amigos míos, sí que os puedo garantizar que podéis degustar la mejor tarta de manzana que nunca hayáis probado, eso sí,  hay que tener la precaución de encargarla cuando os toman la comanda.

Que mejor manera de pasar un buen día de verano, sentado frente al mar degustando un buen arroz con un buen cava o vino (eso sí, que sea Valenciano) un buen dulces, café  y el que fume un buen puro.


Y como dice el dicho, la vida es demasiado corta para dejar de disfrutar de estos pequeños y mundanos placeres.

Aurelio Vicente